Por qué matar a leones como Cecil podría ser bueno para la conservación

Nota del editor: Niki Rust es un estudiante de doctorado en Conservación Carnívora en la Universidad de Kent. Diogo Veríssimo es investigador socio de la sociedad David H. Smith Conservation en la Universidad Estatal de Georgia. Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las de los autores. CNN está mostrando el trabajo de The Conversation, una colaboración entre periodistas y académicos para proporcionar análisis de noticias y comentarios. El contenido es producido exclusivamente por The Conversation.

(CNN) — La muerte de una celebridad a menudo acapara los titulares, pero es menos común que la muerte de un animal silvestre tenga el mismo efecto. Sin embargo, parece que el mundo entero ha llorado el deceso del león Cecil, que murió en una reserva privada de caza colindante con un parque nacional en Zimbabue. Pero, ¿está justificada la reciente oleada de ataques a la cacería deportiva y al dentista estadounidense que mató a Cecil?

Seamos claros: la muerte de Cecil fue ilegal, cosa que no aprobamos. El propietario del terreno, quien permitió que cazaran en su reserva sin el permiso necesario, debería enfrentarse a la justicia. Pero esta mala persona no debería afectar a todo un sector.

La caza legal de leones en Zimbabue está muy regulada. El cliente, el cazador profesional y el dueño de la reserva de caza necesitan varios permisos y licencias. Las cuotas nacionales pretenden garantizar la sostenibilidad de las especies y, en el oeste de Zimbabue, solo se puede matar leones que tengan cierta edad para asegurarse de que hayan tenido la posibilidad de transmitir sus genes. En consecuencia, la población de leones en Zimbabue está estable o en ascenso.

Así que si las cacerías se llevan a cabo de acuerdo con estas reglas, ¿la cacería deportiva podría ayudar a conservar a los leones? Algunas personas afirman que aunque así fuera, no debería permitirse porque requiere matar a un animal carismático y amenazado, solo por diversión. Los detractores señalan que las alternativas no letales, como el turismo fotográfico, deberían ser la forma principal de financiamiento de la conservación. Sin embargo, este argumento tiene varios problemas.

El turismo no es la respuesta

Los cazadores están dispuestos a ir a zonas remotas e inestables a las que los turistas fotográficos no están dispuestos a ir. Sería necesario que muchos más turistas fotográficos que cazadores viajaran a África para generar el mismo nivel de ingresos, así que la huella de carbono que dejarían todos esos viajes aéreos seguramente tendría un impacto ambiental considerable. También cabe destacar que el potencial del turismo de naturaleza no está distribuido equitativamente y el sector usualmente se centra en unos cuantos lugares. Esto deja a otras regiones sin acceso a la derrama económica del turismo. Ah, no olvidemos que en las reservas de vida silvestre también se mata a los leones.

Si el objetivo es conservar a las poblaciones y a las especies (a diferencia del bienestar de un solo animal), los países que tienen poblaciones de animales silvestres sanos deberían poder usar sus recursos naturales para cubrir el costo de su manejo. Esta es la situación de Zimbabue, uno de los sitios más pobres del mundo.

Cómo ayuda la caza

Por tradición, Zimbabue ha recurrido a la cacería deportiva para promover la conservación de la fauna. A través del programa CAMPFIRE, que operó entre 1989 y 2001, las comunidades participantes recibieron más de 20 millones de dólares, el 89% de lo cual provino de la cacería deportiva. En épocas más recientes, las poblaciones de elefantes y otros herbívoros de gran tamaño se han beneficiado de la caza deportiva.

La caza deportiva en Zimbabue genera alrededor de 16 millones de dólares en ingresos al año. Aunque con toda razón se ha señalado que solo el 3% de esta cantidad llega a las comunidades, las implicaciones éticas de eliminar este ingreso sin tener una alternativa viable requieren análisis.

El impacto económico de la caza deportiva en comparación con el del turismo en general tal vez no sea enorme, pero ¿cuál sería la alternativa si se penalizara? Zambia prohibió la caza deportiva de los grandes felinos en 2013, decisión que revirtió a principios de 2015 porque el gobierno necesitaba el dinero para financiar la conservación.

La conservación cuesta dinero, igual que el daño que los leones causan al ganado. No está claro si el turismo fotográfico por sí solo podría cubrir estos costos.

Cómo mejorar la situación

Si la caza deportiva seguirá existiendo, ¿cómo podemos hacerla más sostenible? En un estudio se sugirió que es necesario aplicar restricciones de edad a los animales que se cazan en todo el país, mejorar la vigilancia, cambiar la cuota de animales según las condiciones ambientales y garantizar que las cacerías de leones duren al menos 21 días.

En otro estudio se descubrió que la caza deportiva puede beneficiar a la conservación de los leones si se comparten los ingresos con la gente local que vive de esta especie (y que tiene que lidiar con las consecuencias negativas de su presencia).

Aunque es triste que a veces tengamos que recurrir a matar animales en aras de la conservación, no dejemos que los sentimientos dominen nuestros argumentos. La conservación es un asunto complejo y difícil y necesita toda la ayuda económica que se pueda: después de todo, estamos pasando por la sexta extinción masiva. ¿Cuánto dinero se necesitará para arreglar eso?

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